El Valencia CF se encuentra en una posición desafiante en el mercado de transferencias debido a las dificultades financieras que enfrenta la institución, tal como fue comunicado por la propia entidad a través de los medios presentes en el mini stage de pretemporada del equipo en Suiza a finales del pasado mes de julio. En ese momento, la expresión de la presidenta reflejaba claramente las preocupaciones relacionadas con la disminución de ingresos, especialmente por los derechos de televisión, lo que resultaría en pérdidas estimadas entre 7 y 8 millones de euros. Además, el fondo de inversión ‘CVC’, con el cual se acordó un préstamo participativo a devolver en un lapso de 50 años, ahora consume el 11% de los ingresos anuales provenientes de la televisión.
La afición valencianista había asumido con cierta resignación que este verano sería largo y que los fichajes tardarían en concretarse. De hecho, desde el club se había difundido la idea de que los gastos se habían equilibrado con los ingresos, y que la Liga permitía la inscripción de jugadores liberados por el club. Esta noticia generó un sentido de alivio a principios de julio, reforzando la imagen de que la gestión de los directivos en Valencia, junto con la presidenta Lay Hoon, estaba mejorando la situación.
Sin embargo, esta visión dista mucho de la realidad. Resultó ser otra estrategia distractora, otra decepción más para los aficionados valencianistas, quienes han vivido bajo la completa influencia de Peter Lim como principal accionista del club. El plan estaba claro y era conocido por aquellos en el club. Lay Hoon, que se ausentó cinco semanas en Singapur después de finalizar la temporada, tenía conocimiento, así como también lo sabía el ‘local management‘, término utilizado para describir a los trabajadores en las oficinas de Valencia.
El problema fundamental radica en la falta de liquidez y la deuda acumulada por la entidad. Los pagos inmediatos están presionando al club, que hasta el 30 de junio tenía más de 50 millones de euros en pagos que no pudo cumplir. Además, según los informes financieros más recientes del club, al 30 de junio de 2022, el Valencia CF tenía apenas 55.000 euros disponibles en caja. Esto significa que la tesorería se mantenía en 55.000 euros para un club de fútbol con gastos mensuales en millones de euros. Es en esta falta de liquidez donde reside el desafío, y Peter Lim ha respondido recortando costos debido a su reluctancia a invertir. El año pasado, Lim tuvo que inyectar 35 millones de euros para cumplir con los pagos, y este año se espera que deba hacer lo mismo. Sin embargo, su objetivo es minimizar su inversión personal, por lo que ha frenado las operaciones.
Mientras tanto, el entrenador Baraja se encuentra enfocado en el comienzo de la Liga en Sevilla y prefiere centrarse en ese aspecto. No obstante, planea esperar a que el mercado de fichajes cierre para compartir su perspectiva. Hasta ahora, no ha negado que se necesitan 5-6 refuerzos, y continúa trabajando y persuadiendo a los jugadores con los cuales se han alcanzado acuerdos para que mantengan su paciencia. Los casos de Canós, Amallah y Rafa Mir son situaciones en las que el entrenador ha estado personalmente involucrado y confía en que al menos los tres jugadores puedan incorporarse.