Estas semanas la actualidad valencianista pasa por el asunto del nuevo estadio, y tiene toda la pinta de que en las próximas semanas y meses el Nou Mestalla estará de actualidad constantemente. En la calle y en las redes existe el debate, y es que tras conocer el último proyecto presentado el 8 de enero por el Valencia CF al Ayuntamiento y que publicó Onda Cero Valencia, se ha reavivado la polémica que envuelve un asunto tan farragoso y complicado como es el del estadio por construir en Cortes Valencianas.
En el asunto del nuevo estadio confluyen varios intereses, pero sobre todo dos son muy potentes y determinantes. El primero es el de Peter Lim, que sabe que con un estadio nuevo y las ya famosas fichas urbanísticas el valor de sus acciones puede crecer notablemente en el mercado. Además, podría sacar partido del espacio y construcción de edificios, hoteles o centros comerciales que pudieran ubicarse en el espacio que dejaría Mestalla entre las avenidas de Suecia y de Aragón. En el otro foco, está el apartado político que está más que interesado en saber si Valencia como ciudad podrá ser sede del Mundial 2030 gracias a tener un nuevo estadio pero sin saber qué estadio van a tener.
Ese tira y afloja tiene a Peter Lim con la sartén por el mango porque sabe que las administraciones van a contrarreloj para ser sede y que para serlo necesitan que las obras se reanuden y terminen. Es por eso que desde Singapur y Meriton creen tener una carta ganadora sin tener en cuenta, como han hecho desde que llegaron al Valencia CF, la opinión del aficionado valencianista que viendo el proyecto presentado va a cambiar un estadio centenario por un estadio más moderno pero frío, abierto, sin a penas fachada y en una ubicación antagónica al actual.