Como cada 18 de marzo, el Valencia CF celebra un nuevo aniversario, alcanzando este año los 105 años de historia. En medio de las festividades de las Fallas, el club se enfrenta a un periodo de incertidumbre y dificultades.
El descontento de la afición es palpable, como lo demuestra la manifestación de 20.000 personas el pasado 2 de marzo, expresando su rechazo a la gestión de Peter Lim y para exigir respuestas a los políticos, especialmente en lo que respecta al estadio. La oposición a Meriton Holdings es cada vez más evidente, a pesar de que el club parece ignorar la realidad. La ciudad busca maneras de persuadir al propietario para que venda su participación accionarial. Plataformas como Libertad VCF, De Torino a Mestalla y Marea Valencianista están activas tanto en las calles como en los tribunales para limitar la influencia del accionista mayoritario. La protesta institucionalizada en el minuto 19 de cada partido ya forma parte de la historia de los valencianistas, cansados de excusas y falsas promesas. Un ejemplo de esto fue la Junta de Accionistas de 2023, donde Kiat Lim fue presentado como el nuevo encargado del club. A pesar de prometer integrarse en la comunidad valenciana, un año después, no ha cumplido su palabra, y su participación en la última junta fue meramente telemática y sin presencia visible.
Peter Lim ha reducido drásticamente la inversión en el club, que gastó 14,7 millones de euros en fichajes y obtuvo 60,9 millones por ventas. La llegada de Sergi Canós y la cesión de Selim Amallah, aunque tardías, son ejemplos de esta política de austeridad. La salida de Gabriel Paulista al Atlético de Madrid y el fallido intento de fichar a Rafa Mir han sido puntos de crítica. Ya que el propietario no dudó en invertir 5 millones de euros en Cenk Ozkaçar, una decisión cuestionable dada la falta de impacto del jugador la temporada anterior. Además, el presupuesto del club se ha reducido a 99 millones, con pérdidas de 1,2 millones, a pesar de tener 13 millones disponibles para fichajes según el fair play financiero, a los que Lim se niega.
La finalización del Nou Mestalla se presenta como la clave para la recuperación económica del club, pero también ha generado numerosos problemas. El club espera la decisión del TSJ sobre dos demandas relacionadas con la prórroga y caducidad de la ATE.
Mientras la oposición acusa al actual gobierno municipal de favorecer los intereses de Lim para terminar el estadio y asegurar la sede mundialista, y el equipo de gobierno responde a estas acusaciones, el tiempo pasa, el ruido aumenta, pero no hay indicios de que las obras en el Nou Mestalla vayan a reanudarse pronto, a pesar de las promesas de que las licencias estarían listas en abril. La historia del Nuevo Mestalla sigue acumulando polvo en el libro de la historia del Valencia CF, pese a ir escribiendo cada día más cosas, pero sin tener ese final que todo el mundo espera que tenga.
En cuanto a la gestión deportiva, no ha habido cambios significativos desde aquel magnificó año del centenario, a pesar de la promoción de Corona a director deportivo tras una temporada en la que el equipo estuvo al borde del descenso. Los resultados han mejorado, pero no debido a un proyecto deportivo estructurado. El año pasado, el Valencia CF recurrió desesperadamente a Rubén Baraja para evitar el descenso a segunda división, una situación que parecía inevitable. Baraja, quien fue aprobado por Lim sin exigir un contrato largo y con un salario solo hasta el final de la temporada, llegó junto con otra leyenda del club, Carlos Marchena, y lograron salvar al equipo al infierno. Dos héroes eternos del valencianismo. Dos ídolos que saben que lo que crece en Paterna son muy buenos frutos.
Actualmente, Rubén Baraja y los jóvenes talentos del año pasado, Javi Guerra, Diego López y Alberto Marí, junto con las nuevas incorporaciones como Mosquera, Fran Pérez y Yarek, así como el destacado rendimiento de César Tárrega, cedido al Valladolid, y la notable actuación de Pepelu, el único fichaje exitoso de la temporada, han llevado al equipo a una posición mucho más elevada de lo esperado. Recordemos que la presidenta del club ha comunicado que el objetivo para este año es mantener la categoría en primera división, objetivo que por historia no tendría que nombrarse.
La conexión entre los aficionados en Mestalla, el estadio con mayor porcentaje de ocupación en España, y el equipo es absoluta. El Valencia CF sabe que ellos nunca le dejaran solo, que estarán en las buenas y en las malas.
A pesar de la falta de un proyecto deportivo claro y la fragmentación del tejido social del club, a pesar de los desafíos y la gestión de Lim, el Valencia CF ha celebrado otro aniversario el 18 de marzo, manteniendo viva la esperanza entre sus seguidores, que siempre gritarán desde el más profundo de su corazón por el que recorre ‘el sentiment’:
¡AMUNT VALENCIA SEMPRE!
Imagen: www.valenciacf.com