Mosquera ha captado la atención del Atlético de Madrid para reforzar su línea defensiva de cara a la próxima temporada. Este jugador, que debutó en la primera división con el Valencia CF esta temporada de la mano de Rubén Baraja, se ha convertido rápidamente en titular indiscutible y con ello objetivo clave para el club madrileño, que busca mejorar y rejuvenecer su defensa.
Con una altura y una presencia dominante en el campo, el central ha demostrado ser un activo valioso para el Valencia CF, participando en numerosos partidos de liga y copa, lo que ha despertado el interés de la dirección deportiva del Atlético. Su rendimiento excepcional ha asegurado su lugar como una pieza fundamental en la defensa de su equipo, lo que ha llevado a la renovación automática de su contrato hasta 2026 y al aumento de su cláusula de rescisión.
La buena relación entre Peter Lim y Gil Marín podría facilitar las negociaciones para un posible traspaso, continuando así con la historia de colaboración entre los dos equipos, que ha visto movimientos de jugadores en ambas direcciones en el pasado, el más reciente el del central hispano-brasileño, Gabriel Paulista, en este pasado mercado de invierno.
A pesar de su juventud, el defensor ha llamado la atención de varios equipos europeos, lo que coloca al Atlético en una posición favorable para adquirir sus servicios. Además, su trayectoria en las categorías inferiores de la selección nacional, combinada con su herencia colombiana, ha generado interés internacional, aunque ha decidido permanecer leal a España, lo que se ha visto reflejado en su reciente convocatoria para la selección sub-21 y del disfrute de sus primeros partidos con la ‘rojita’.