En una rueda de prensa reciente, el entrenador del Valencia, Rubén Baraja, ha eludido las preguntas sobre el mercado de enero, optando por no mojarse y alejarse del tema. No obstante, fuentes internas revelan que la postura de Baraja en privado contrasta fuertemente con su actitud en público.
El vallisoletano, insatisfecho con la ventana de transferencias de verano, había expresado a principios de septiembre sus preocupaciones sobre la plantilla, considerándola corta y necesitada de refuerzos para competir adecuadamente en la Primera División. En los últimos días, la insatisfacción del técnico ha alcanzado un nuevo nivel tras recibir noticias del viaje de la presidenta Lay Hoon Chan a Singapur, donde se reunió con el máximo accionista, Peter Lim. Se ha filtrado que Lim no tiene intenciones de reforzar el equipo y prefiere seguir confiando en la cantera, buscando reducir los costos de la plantilla ante los ingresos disminuidos del club en los últimos años.
A pesar de que el club tiene un acuerdo cerrado con el extremo izquierdo del Real Madrid, Peter Federico, Baraja también ha expresado su deseo de traer de vuelta al delantero Rafa Mir, actualmente sin oportunidades en el Sevilla. Sin embargo, la falta de apoyo financiero por parte de Lim ha frustrado los planes del entrenador, quien ve en estas incorporaciones una oportunidad para fortalecer al equipo de cara a la segunda mitad de la temporada. La situación ha dejado a Baraja contrariado y perplejo, ya que considera que mejorar el equipo debería ser una prioridad lógica para cualquier club en su posición.