El Valencia CF atraviesa uno de los momentos más críticos de su historia reciente. La derrota del viernes por la noche ante el Real Valladolid en el estadio José Zorrilla ha dejado al equipo en la última posición de la tabla. Con tan solo 10 puntos de 45 posibles y apenas dos victorias en la temporada, la continuidad de Rubén Baraja como entrenador está seriamente cuestionada.
La directiva valencianista ya estudia posibles reemplazos y maneja una lista de nombres entre los que están Francisco, Álvaro Cervera y Pacheta. Sin embargo, el gran favorito para ocupar el banquillo es Quique Sánchez Flores, quien ya tuvo un paso previo por el club y cuenta con una destacada trayectoria en equipos como Getafe y Sevilla. Su experiencia, conocimiento del Valencia y apego al club le colocaron inicialmente como la opción más sólida.
No obstante, las negociaciones con Sánchez Flores se han enfriado en las últimas horas. El técnico ha solicitado un tiempo para reflexionar, aunque su exigencia salarial y las dudas sobre el proyecto deportivo han complicado su incorporación. Aunque no ha dado una negativa definitiva, todo apunta a que su respuesta será un «no». Ante este escenario, la continuidad de Baraja parece asegurada, al menos, hasta el partido del próximo miércoles contra el RCD Espanyol. Este enfrentamiento se perfila como una nueva prueba de fuego para un equipo que necesita reaccionar de inmediato si quiere mantener viva la esperanza de salir del descenso.