El delantero madrileño ha llegado a los 100 partidos vistiendo la camiseta del Valencia CF y en su mejor momento de forma, completando su mejor campaña después de una muy insuficiente temporada 2022-23, y una primera reveladora cesión en la etapa de Bordalás. Siempre es buena noticia rescatar y sacar la mejor versión de un jugador que se sentía desaparecido, y esto es mérito tanto del jugador como de Baraja, pero lo cierto es que la dependencia del equipo sobre Hugo Duro es excesiva, pues el nueve es la principal y única referencia cara a portería, y así lo atestiguan sus 12 goles en liga.
La lectura no tan positiva viene a la hora de analizar el resto de jugadores ofensivos, pues tu segundo delantero es cedido y solo cuenta con dos goles en liga. A pesar de sus números, Yaremchuk tiene ritmo de competición, en cambio tu tercer delantero ha tenido escasos minutos en el césped y no ha demostrado nada. No sería justo cargarle el muerto a Alberto Marí, quien fue indispensable para la salvación del equipo, y más bien esto responde a la perezosa planificación deportiva, confiando en el joven canterano para el primer equipo cuando acababa de sufrir una dura lesión en pretemporada.
También se critican las actuaciones de Fran Pérez, aunque si el club fuese serio el chico se hubiese ido cedido esta temporada al Elche para consolidarse. En cambio, menos ruido se está generando sobre Peter Federico, quien está jugando en las segundas partes y no está siendo diferencial. El equipo está formado por jóvenes que todavía les queda mucha formación por delante y el ataque se ve muy influido por esta inexperiencia. Hugo Duro ya lleva tres temporadas en Valencia y más tiempo compitiendo en la liga, pero la planificación no parece entender que se necesitan jugadores curtidos y experimentados para formar una plantilla competitiva.
Imagen: www.valenciacf.com