El Partido Popular y el Valencia CF que maneja Meriton Holdings han tenido en las últimas semanas y meses conversaciones y reuniones a través de personas de máxima confianza de la mayoría accionarial como es Germán Cabrera, para desatascar y avanzar en las negociaciones por el convenio urbanístico que permitiría al Valencia CF tener un nuevo estadio reanudando así las obras del Nou Mestalla en la Avenida de las Cortes Valencianas.

El edil a cargo de Grandes Proyectos, José Marí Olano, ha establecido comunicación con el secretario del consejo de administración del club, Germán Cabrera, quien es abogado en el bufete King & Wood Mallesons. Durante estas conversaciones, se ha planteado la posibilidad de reemplazar el requisito de presentar garantías bancarias por el costo de la construcción del nuevo estadio a través de cartas de intención emitidas por posibles inversores interesados en participar en el proyecto urbanístico. El club argumenta que la ley no exige la presentación de dichas garantías. Además, Peter Lim desea incorporar al acuerdo un cronograma flexible para la ejecución de las obras, de modo que no sea necesario completar todo el proyecto de aproximadamente 70.000 asientos de una sola vez (66.000 asientos fijos, con la posibilidad de ampliar a otros 4.000), sino que se pueda adaptar al logro de otros hitos establecidos en el convenio urbanístico. El plan incluye que el Valencia CF aporte 10 millones de euros para concluir el Polideportivo del Barrio de Benicalap, finalizar las obras en la estructura de la avenida de las Cortes Valencianas y demoler el antiguo estadio. En el terreno donde se encontraba el antiguo estadio, el plan prevé la construcción de cuatro torres residenciales y un centro comercial.

Meriton ha calculado un rango de costos entre 140 y 160 millones de euros para finalizar el estadio, que ha estado paralizado desde 2008. La empresa cuenta con 80 millones provenientes del acuerdo de CVC con la Liga para financiar infraestructuras, y también tiene un acuerdo con Atitlan para la venta de una parcela contigua de 40,000 metros cuadrados destinada a uso hotelero y comercial junto al nuevo estadio. Aunque no se han divulgado las ganancias estimadas para el club por esta operación, se estima que oscilan entre 35 y 40 millones de euros. Lim necesita asegurar aproximadamente 40 millones de euros adicionales en financiamiento, y podría negociar con instituciones financieras como CaixaBank, con la que ya tiene una hipoteca relacionada con el antiguo Mestalla.

TEBAS VUELVE A PRONUNCIARSE

Desde hace unas semanas, Tebas ha reiterado en varias ocasiones, hasta en tres ocasiones, que sería de gran importancia que se lograra completar la construcción del nuevo estadio. Añade, como una observación adicional, que esto podría favorecer una eventual salida de Lim del club. Resulta llamativo y bastante evidente que Tebas posee un conocimiento más profundo de lo que revela públicamente. Esto se hace patente, ya que en la conferencia de prensa a principios de septiembre, donde explicaba las normativas financieras para la temporada en curso, Tebas afirmó con total franqueza que recibe con regularidad el interés de inversores estadounidenses y árabes que desean adquirir clubes en España.

Recientemente, Tebas abordó nuevamente este tema, siendo esta la tercera vez en las últimas tres semanas y la segunda en apenas cinco días. Expresó: «Algunos están descontentos con Lim y buscan boicotear su capacidad para obtener la licencia. Piensan que de esta manera lo forzarán a marcharse antes. Pero están equivocados en su estrategia. Lim no será propietario del club para siempre, y el Valencia trascenderá a su permanencia. Este es un problema de naturaleza política y requiere una visión a largo plazo«. Estas declaraciones apuntan a un objetivo claro en primer lugar: instar a los políticos a que otorguen de manera definitiva el acuerdo a Peter Lim para resolver el estancamiento actual en el asunto inmobiliario que afecta a la entidad y que impide que pueda gestionar adecuadamente sus activos inmobiliarios. Desde La Liga comparten la perspectiva de que esta situación en el Valencia CF no puede prolongarse por mucho más tiempo y que sería beneficioso para todas las partes encontrar una solución. Sin embargo, subrayan que, desde su posición, tienen limitaciones para presionar a Lim a vender, ya que esa es una decisión que está fuera de su control. No obstante, detectan signos de agotamiento, especialmente en la presidenta Layhoon.