La noche en Mestalla ha dejado una imagen desoladora tras la derrota del Valencia CF ante la UD Las Palmas. Después de caer por 2-3 en un partido crucial, los jugadores y el cuerpo técnico del Valencia se vieron obligados a abandonar el estadio bajo un fuerte dispositivo de seguridad, escoltados por la Policía.
Poco a poco, los aficionados fueron abandonando el estadio, pero un pequeño grupo de 20 o 30 seguidores permaneció en las inmediaciones, mostrando su apoyo incondicional a los jugadores. No obstante, otro grupo más numeroso se concentró cerca de las oficinas del club, donde los vehículos de los jugadores estaban aparcados, impidiendo que los futbolistas pudieran salir del recinto.
Más de media hora después de finalizar el encuentro y con apenas aficionados ya presentes en las afueras de Mestalla, las autoridades decidieron escoltar a los jugadores por motivos de seguridad. Rodeados por agentes policiales, los futbolistas salieron del estadio en un ambiente tenso, tras una nueva derrota que agudiza la crisis deportiva del equipo. Esta escena refuerza la sensación de frustración y desencanto entre la afición valencianista, que ve cómo el equipo sigue sin levantar cabeza en su lucha por escapar de la zona de descenso.