“Es una alegría y un orgullo inmenso. Sobre todo, por haber ayudado al equipo en la victoria. Sabíamos a dónde veníamos, un rival y un campo complicado. Después de tantos años en el Club, es mi casa, es un sueño hecho realidad. La jugada es un balón que filtra Yarek, se la doy a Yaremchuk y luego en un rechace la he metido. Se lo dedico a mi familia, que ha recorrido todo el camino conmigo, mis amigos, el cuerpo técnico, que me está dando mucha confianza, y a todas personas que han hecho posible que esté aquí. La camiseta me la guardo”.